LOS CONFLICTOS Y EL MALTRATO ENTRE IGUALES NO SON UN PROBLEMA MENOR. ¡¡¡AYÚDANOS A SOLUCIONARLO!!!

En cualquier caso, estos niños y niñas tienen que entender que su conducta es inaceptable y que si continúan comportándose así habrá consecuencias. Paralelamente hay que darles ayuda y alentarles para que cambien.

¿MI HIJO ES AGRESOR?

 

Si sospechas que tu hijo/a es un agresor, existen una serie de signos que te pueden ayudar a conocer si se da esta situación. Algunos de estos signos son:

  • Se muestra agresivo en la familia.
  • Es impaciente e impulsivo y se enfada con facilidad cuando no consigue lo que quiere, llegando a utilizar agresividad física o verbal.
  • Parecen no importarle los sentimientos y derechos de las demás personas.
  • No controla sus reacciones e intenta imponerse a los demás por la fuerza.
  • Insulta, humilla o ridiculiza a otras personas en público.
  • No tiene sentimientos de culpa cuando hace daño.
  • Miente para justificar sus conductas.
  • Frecuentemente nos comunican del colegio que ha tenido enfrentamientos y peleas con otros compañeros/as.
  • Siempre quiere tener la última palabra.
  • Habla frecuentemente de peleas en las que está implicado.
  • Muestra desgana por las tareas escolares. 
  • Usa con frecuencia el insulto y la descalificación.
  • Tiene escasa tolerancia a la frustración.
  • Tiene dificultades para cumplir las normas. 
  • Habla en tono despectivo de algún compañero/a de clase. 
  • Presume de acciones violentas. 

 

También puede ocurrir que no aparezca ninguno de estos indicadores y que oculte el acoso tras comportamientos modélicos. Si tu hijo es un agresor, debes intentar acercarte a él, aunque no comprendas los motivos de su comportamiento, y hacerle entender que su conducta es inaceptable y que puede tener consecuencias negativas para él.