TESTIGOS DE MALTRATO ENTRE IGUALES
Ser espectador de situaciones de maltrato también tiene consecuencias negativas para uno mismo. Es normal sentir rechazo e incluso tener miedo frente a situaciones violentas, pero no nos deben dejar indiferentes. ¿Por qué los amigos no le ayudan? ¿Qué sienten? Puede ser que tengan miedo a que les pase lo mismo.
Demostrar abiertamente que esta situación nos disgusta la puede parar, sobre todo si no lo haces tú solo. A veces es suficiente que alguien empiece y denuncie para que los demás compañeros también reaccionen. Es diferente chivarse (perjudicar alguien) a pedir ayuda a un adulto ante esta situación.
Podemos cambiar o parar la situación. ¿Crees que si uno no hace nada, ni va a buscar ayuda a un adulto para evitar una agresión el testigo se convierte en cómplice? Tal vez no queremos ver nada de lo que pasa por miedo o para no buscarnos problemas. Pero debemos actuar con inteligencia y valorar si podemos dar soporte o ayudar directamente a la víctima, o si es mejor pedir ayuda a un profesor o adulto.
Si conocéis algún compañero o compañera que se encuentre en esta situación debéis darle apoyo. Nadie se merece ser víctima de maltrato.
El maltrato es perjudicial para todos y dice muy poco a favor del entorno que lo silencia y lo tolera. Es una cuestión de derechos fundamentales de la persona (derecho a estar seguro en la escuela y a ser tratado con dignidad). Las escuelas son responsables de la protección de sus alumnos y los padres tienen que colaborar con los centros en las acciones que emprenden para la mejora de la convivencia.